STATEMENT

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Mi trabajo, dentro del mundo del arte, siempre ha girado en torno a la naturaleza. Siempre me ha perseguido la idea de representar imágenes de abundante follaje, dando lugar a la creación de escenas plagadas de una naturaleza barroca, donde disuelvo completamente la distancia entre lo verde y el espacio humano. Hago hincapié en abrazar las plantas e incorporarlas a nuestro acontecer diario. Así como el acto de pintar o crear una pieza puede ser terapéutico, indago en el argumento de lo sanador y lo terapéutico que puede ser un “baño de bosque” o cultivar plantas en casa. En definitiva, me gusta la idea de crear trincheras boscosas, lugares donde, a través de la naturaleza, nos conectamos con nosotros mismos, con nuestra voz interior, que al fin y al cabo, es quien nos revela siempre la verdad.

A medida que avanzo en el desarrollo de mi trabajo como artista ahondo más en el compromiso que vertebra el tema central de mi obra; la naturaleza. Quizás siento la necesidad de dar voz a las plantas, precisamente porque no la tienen y porque sus manifestaciones en respuesta a nuestras acciones llegan con escaso margen de maniobra. Durante la pandemia, la naturaleza recobró algo de brillo nuevamente, pero no se divisan planes para propiciar una vida más verde en las ciudades, un planteamiento urbanita más consciente. Mi reacción impaciente, ante este panorama, me hace actuar de manera solitaria. El arte me brinda el escenario para decir lo que siento y lo que anhelo. Y lo hago porque sé que es posible y abarcable. A partir de una problemática local quiero hablar de algo que está sucediendo en muchas otras ciudades. A través de la pintura y su expansión, represento nuevas junglas, una vida más cercana a lo verde, un escenario boscoso donde se proclame los beneficios de una arboleda y recordar que venimos de ella y sin ella no hay sustento vital.

Todo me lleva a pensar que tenemos que aceptar que nosotros y todo lo que creamos somos parte de la naturaleza, que para progresar necesitamos incorporar la materia viva que nos rodea. Usar la complejidad de la naturaleza viva e incluirla en nuestras creaciones. Estas creaciones redefinirán la forma en que reconstruimos la naturaleza. Sólo entonces, realmente, avanzaremos y conviviremos en concordancia con el contexto que nos vio nacer.